viernes, 29 de octubre de 2010

Sengoku BASARA: Samurai Heroes, igual que Dynasty, pero más Capcom

Aunque Sengoku Basara es una saga con solera, y a pesar que siempre ha ido a la zaga de los Dynasty Warriors, Capcom se lo ha montado para desarrollar una nueva entrega para la nueva generación de consolas. Samurai Heroes, que así se subtitula este capítulo, se entrega en PS3 y Wii, siendo la primera la que más beneficios se lleva, obviamente por tema de hardware.

Aún así y como es habitual, Sengoku Basara no destaca precisamente por su excelencia gráfica, lo que le penaliza aún más y saca a relucir el resto de sus defectos, que no son pocos. Aunque quizá el más grave es la absoluta falta de innovación en este sub-género de los juegos de lucha donde el héroe (nosotros) se enfrenta a miles de soldados (los malos) ejecutando combos de más de 1000 golpes.

Golpes a chorrón
Golpes a chorrón

Sengoku Basara centra su argumento en los diferentes héroes del juego. En total hay 16, pero comenzamos con sólo seis y el resto se desbloquean progresivamente. La historia se desarrolla en el Japón medieval, desde el periodo Sengoku hasta el Azuchi, donde los protagonistas lucharán entre ellos por conseguir el control del país u otros intereses variados. Amigos y enemigos se entrecruzan en todas estas historias personales, haciendo de este un juego coral donde nadie es bueno ni malo, sino que cada uno persigue sus propios objetivos en un país en guerra.

Interesante es ver que todos los héroes se basan en personajes reales de aquella época. Por supuesto, todo desvirtuado y cambiado para hacerlo encajar en un videojuego, pero no deja de ser interesante. La imaginación campa por doquier, ya no sólo a nivel estético, cercano al anime (no en vano la saga proviene de uno), sino también en la puesta en escena tremendamente exagerada, que incluye robots mecánicos a lo Mazinger Z, y que tiene su clímax en los golpes que damos.

El modo principal del juego, donde tiene lugar el cruce de intereses, se titula Crónicas de Héroe, habiendo un segundo modo de Desafíos con los 38 niveles de lucha, listos para jugarlos de manera independiente. Ambos se pueden jugar en solitario o acompañados de un amigo en la misma pantalla.

Con dos jugadores es algo más divertido
Con dos jugadores es algo más divertido

Una vez en faena disfrutamos de un mapa de Japón donde elegiremos nuestra siguiente misión. Cada personaje tiene su propia aventura, aunque como es habitual en Dynasty o en este mismo, muchas misiones son compartidas, jugándolas desde diferentes bandos. El objetivo en todas las misiones es siempre el mismo, acabar con el jefe final, y para ello deberemos superar unos niveles sin límite de tiempo –al contrario que en los Dynasty- que suelen constar de diferentes secciones.

Es habitual tener que eliminar ciertos puestos defensivos, activar varias palancas para abrir puertas, perseguir a enemigos, o escapar de otros… la variedad no es algo destacable en Sengoku Basara porque en definitiva en última instancia el objetivo siempre es el mismo: acabar con el malo del nivel.

Entre el punto A y el punto B van apareciendo innumerables soldados rasos, puestos ahí para ser apalizados impunemente con decenas de combos y cadenas de golpes. Sengoku Basara es sensiblemente más sencillo de controlar que otros juegos similares (aunque cada uno tiene su punto de distinción en este sentido), y los combos no son especialmente largos y/o complicados de realizar. A destacar que la coordinación es un punto a favor para sumar más y más cadenas de golpes, y con habilidad es fácil superar el millar de combos mientras los soldados caen abatidos a nuestros pies.

Las misiones se reiteran bastante
Las misiones se reiteran bastante

Un buen detalle es lo diferentes que son todos los héroes unos de otros. No sólo en sus armas y técnicas de lucha -haciendo el juego muy diferente según cual elijamos y favoreciendo probar todos los personajes al menos una vez- sino que también el control difiere aunque sea sólo un poco. Cada héroe tiene su particular sabor en el control, unos más lentos, otros más rápidos, con más fuerza o menos, no hay ningún personaje que sea malo por sí mismo dando un toque diferente a cada partida, y esto sí que nos ha gustado.

Sin embargo donde cae en picado es en el tremendo aburrimiento que provoca Sengoku Basara. Es lo mismo de siempre, llevado de la misma manera de siempre, sin un ápice de originalidad, a excepción de recoger objetos para craftear un poco en la pantalla previa a las misiones. Ni siquiera las luchas son realmente espectaculares, de esas que te dejan boquiabierto, y aunque los personajes evolucionen, sus golpes nunca terminan de transmitir al jugador ese impacto que se les presupone. Esto en un homólogo de Dynasty es algo bastante grave.

En parte también es culpa de que la pantalla nunca se llena de enemigos, reduciendo esa necesaria sensación de provocar caos entre las filas enemigas, y que sí se ve en otros juegos, como N3 a pesar de sus defectos. Más aún, los enemigos surgen de la nada de una manera tan descarada que indigna. Una cosa es cuando antiguamente las consolas no daban más de sí y se recurría a este truco, y otra muy diferente es provocar activa y conscientemente la aparición de enemigos delante nuestro sin ningún motivo.

Gráficamente flojo
Gráficamente flojo

Conclusiones

Si nos ponemos, Sengoku Basara nos durará un buen montón de horas. Descubrir todos los personajes, evolucionarlos, jugar los diferentes caminos que tienen y desbloquear todos los movimientos nos mantendrá ocupados muchísimo tiempo. Eso si, como decía antes, no morimos de tedio antes.

Lo Mejor

  • Buen número de héroes
  • Bastantes misiones
  • Muy largo, si nos ponemos

Lo Peor

  • Muy aburrido
  • Enemigos aparecen delante nuestro
  • Nada nuevo

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