jueves, 14 de abril de 2011

Un clásico del arcade la caga

Conocido en Europa como Green Beret, el primer Rush'n Attack fue un juego arcade de Konami de lo más brillante. Detrás de un infernal nivel de dificultad se ocultaba uno de los juegos más desafiantes y satisfactorios de aquellos años 80. Además se trasladó a infinidad de ordenadores y consolas, con idéntico resultado. Green Beret fue sin dudarlo un éxito. Muchos años después llega Rush'n Attack: Ex-Patriot, una suerte de segunda parte que aparte del nombre y un marco argumental similar, poco tiene que ver con aquella adictiva recreativa.

Lo que más caracteriza a este juego es que es tremendamente soso. No tiene nada original que pueda destacar sobre otros juegos y sí muchas ideas adaptadas de éxitos recientes como Shadow Complex o Bionic Commando: Rearmed (el primero). Se aprecia que en algún momento querían hacer un juego que mezclase sigilo con exploración, al puro estilo Metroid o Castlevania, pero sin olvidar la acción del juego original. El resultado dista bastante de algo así.

Para empezar, Ex-Patriot es un juego lineal que se oculta en un mapa aparentemente libre y amplio. Que no te engañe puesto que sólo hay un camino, con vías alternativas como conductos de ventilación que lo único que hacen es ayudarte a esquivar enemigos. Claro que la gracia en el juego es matarlos, por lo que elegir estos conductos suma más tedio al conjunto además de restarte puntuación en el cómputo final. Elijas el camino que elijas, el resultado final es invariable y ni siquiera cuando hay dos objetivos por cumplir (como conseguir dos llaves separadas para abrir una puerta) tienes la sensación de exploración o libertad.

Las luchas son mayormente a cuchillo, como el original, y a veces utilizarás bazokas, fusiles o incluso un lanzallamas de munición limitadísima que te ayuda a matar a 3 ó 4 enemigos. Al final terminas luchando con el arma blanca mediante unos combos muy fáciles de aprender pero que no sorprenden ni en variedad ni en movimientos, son casi todos iguales. La opción de terminar con los enemigos sigilosamente es más jugosa y satisfactoria, aunque no siempre es posible por el diseño de niveles, y hace que el tempo del juego sea lentísimo. También puedes ocultarte en determinadas puertas, en agujeros del suelo u oberturas en el techo pero una vez más, no siempre hay escondrijos, y estos lugares parecen estar puestos en sitios muy concretos para guiar al jugador a matar sigilosamente.

Los escondites te facilitan acabar con los enemigos sigilosamente
Los escondites te facilitan acabar con los enemigos sigilosamente

Todo en el juego está dirigido. Ya no sólo con los enemigos situados específicamente para que los mates, sin un ápice de aleatoriedad o sorpresa, sino incluso con los objetos y palancas que abren puertas o mecanismos y que se han situado justo al lado del bloqueo. ¿De qué sirve poner una puerta cerrada si a diez metros está el botón que la abre? Ex-Patriot tiene una acusada falta de originalidad en el diseño de niveles que al final se convierten en una mera excusa para avanzar a lo loco, descartando todo sigilo y matando y acuchillando a esos soldados rusos ya preparados para ser ejecutados.

El juego sólo tiene tres capítulos, cada uno se termina en menos de una hora, y al final encontrarás un enemigo grande de aspecto inspiradísimo en Bionic Commando: Rearmed. También hay inventario, o algo parecido, donde acumulas kits médicos para recuperar energía, y otros tres objetos más de uso ocasional como gafas de visión nocturna. Hay vidas infinitas y cuando mueres el juego te sitúa muy cerca por culpa de un abuso de checkpoints. Es decir, es un juego fácil de por sí y que además abusa de kits médicos y checkpoints. Cuando no hay reto, no hay interés.

El motor Unreal cumple de lejos. De cerca, no.
El motor Unreal cumple de lejos. De cerca, no.

El apartado técnico se apoya en el motor Unreal que es bastante vistoso en el momento de jugar, con buenas animaciones y uso de la iluminación, pero cuya magia se destruye en las escenas cinemáticas cuando se acerca la cámara y se aprecia modelos de personaje mal diseñados y escasos polígonos.

Con nada que ofrecer

Sorprende que Rush'n Attack: Ex-Patriot no tenga nada que ofrecer al jugador. Está bien empaquetado, parece algo, pero al jugarlo descubres que es todo vacío, hueco. Difícil encontrar un poco de diversión en un juego con un diseño de niveles plano, dificultad reducida al mínimo y poca variedad en todos y cada uno de los elementos que lo conforman. Hay juegos mejores ahí fuera.

Tres capítulos. Tres ambientaciones diferentes
Tres capítulos. Tres ambientaciones diferentes

Lo Mejor

  • Algunas muertes sigilosas y animaciones

Lo Peor

  • Diseño de niveles
  • Fácil y corto

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