Sin la carga que supone para todo videojuego basarse en una licencia de película, este nuevo juego de Transformers se libera de cualquier atadura en diseño, argumento o jugabilidad, para ofrecer un producto bien elaborado en conjunto, más de lo que nos pueda hacer pensar su portada.
La Guerra por Cybertron nos mete de lleno en el universo de aquellos robots transformables en coches y aviones de los 80 (qué locura) y que todos admirábamos, pero esta vez con una estética radicalmente opuesta a los saturados colores de la serie animada, y un tono mucho más adulto y serio (incluso aterrador, a veces).
El resultado de este cambio de look tan bestia es, cuanto menos, digno de un profundo debate de entendidos. Puede gustar más o menos, todo dependerá de cómo de receptivo te encuentres el día que lo juegues o de cuanto amor le tengas al recuerdo de los Transformers infantiles, pero lo que seguro no hace es dejar indiferente.
Pero Transformers tiene algunos detalles más de calidad, aparte del diseño artístico, que lo pueden hacer recomendable. Y, por supuesto, también peca de algunos fallos en el apartado jugable que, al final, equilibran la balanza.
Un shooter normal y corriente (sin ser necesariamente malo)
Transformers es un juego de acción en tercera persona bastante sencillo en el diseño jugable. Debemos avanzar por pasillos y escenarios desde el punto A al punto B, eliminando a los enemigos que surjan y cumpliendo los objetivos que nos marquen.
Las tareas encomendadas vienen marcadas por el argumento del juego que por cierto es tremendamente interesante y está muy bien elaborado. De hecho, la historia es la esencia misma del juego (no como ocurre en bastantes ocasiones). Para ello el juego se divide en dos campañas, la de los Decepticons y la de los Autobots, con seis capítulos para cada una de ellas.
La gracia y la esencia del argumento es que podemos elegir libremente el orden de estos capítulos. Podemos superar del tirón la campaña Decepticon, o la de los Autobots, o intercalar uno y otro, o hacer capítulos de dos en dos… no hay límite. Lo más notable es que la historia no se resiente en ningún momento, no quedan agujeros en el guión y todo lo que sucede tiene su explicación, que puede tardar más o menos.
Ya en el terreno de juego, los objetivos tienen la manía de irse complicando más y más, habitualmente de manera infantil. De modo que lo que puede ser una tarea sencilla como, por ejemplo, activar un ascensor, se convierte en una ardua lucha contra el destino para activar un generador tres plantas más abajo que previamente debemos desbloquear entrando en la sala de máquinas accesible sólo después de activar una puerta de seguridad.
En ocasiones, hay momentos bastante brillantes y bien resueltos, como algunos niveles de los Decepticons donde volaremos por estrechos pasillos evitando la muerte. Con los Autobots esto se traduce en carreras a toda velocidad por carreteras semi destruidas.
Hay un poco de plataformeo, escenas de tensión, huidas y jefes finales. Estos enfrentamientos son interesantes, equilibrados en dificultad y variados, de modo que tanto podemos luchar contra un engendro mecánico que hace las veces de torreta defensiva, como contra un general Decepticon (o Autobot).
A los mandos
El juego cuenta con un control muy cómodo y asequible que utiliza todos los botones pero que no nos pone en apuros. De hecho el tutorial queda totalmente oculto porque se sobreentiende que ya sabemos jugar a este tipo de aventuras.
Podemos llevar dos armas al mismo tiempo, y pronto descubrimos lo útiles y lo inservibles que resultan unas y otras. El desequilibrio en este apartado es más que notable, es difícil identificar unas de otras porque tanto sus nombres como sus formas se parecen mucho entre sí, lo que supone un problema de jugabilidad.
Por otro lado, como la munición se termina rápidamente, y las recargas son algo lentas, las escenas de acción son algo toscas, con muchas interrupciones ya sea para recargar vida o encontrar más munición.
Todos los Transformers tienen sus habilidades de combate, unas se recargan automáticamente y otras recogiendo Energón de los enemigos caídos. Una vez más, ocurre igual que con las armas, hay habilidades que sobran, por ejemplo la de planear por el aire, que no sirve para casi nada y utilizaremos dos veces en el juego.
Antes de cada capítulo elegiremos el Transformer con el que vamos a jugar. El juego está diseñado para que siempre vayan tres robots a la vez, de modo que elegimos cual de ellos controlaremos. Las diferencias, aparte de en las habilidades, no son destacables y la aventura no cambia nada elijamos uno u otro.
Como Transformers que somos, podremos cambiar de forma siempre que queramos. Dependiendo de qué robot llevemos se cambiará en coche o en avión, pero se hecha en falta un uso más intenso y original de esta opción. Al final, excepto en momentos muy puntuales con los Decepticons, transformarnos apenas da ventajas sobre la batalla o sobre el escenario, lo que es una lástima.
Gráficos y sonidos
Se ha hecho un esfuerzo especial en el doblaje al castellano para que conserven el tono ochentero de los Transformers. Lo ha conseguido porque el trabajo es realmente bueno, con un doblaje de calidad y que remueve nuestros recuerdos. Sólo el de Óptimus Prime está ligeramente por debajo de lo esperado.
El resto de sonidos están algo más actualizados, como los de disparos y explosiones, o especialmente el de transformación que sigue siendo excelente.
A nivel gráfico, Transformers es digno de elogio, pero también de crítica. Por ejemplo, en diseño hay mucho trabajo para darle ese tinte maduro y oscuro, con escenarios totalmente metálicos e industriales, de aspecto peligroso y con maquinarias aquí y allá que se mueven sin parar. Los Transformers, perfectamente indentificables a pesar de sus leves cambios, tienen unas animaciones estupendas, muy mecánicas.
Sin embargo, y aunque presenta una escala absolutamente gigantesca con construcciones enormes y una distancia de visión larguísima, el juego termina pecando de ser tremendamente lineal y “pasillero”. También esa buena impresión inicial deja paso a la saturación visual a las pocas horas porque no es nada variado en escenarios.
Con un motor gráfico bastante solvente veremos representado una Cybertron bastante espectacular, y las texturas tienen un tratamiento correcto, más resultonas gracias al tratamiento de la luz incidiendo en las superficies que por la calidad en bruto que puedan tener.
El juego se mueve muy fluido en cualquier situación y hay momentos tremendamente intensos, como el primer capítulo de los Autobots.
Conclusiones
Este es un juego apto para todo el mundo, pero está claro que lo disfrutarán más los fans de estos personajes. El cambio hacia un lado más adulto puede no gustar a todos, pero es agradable ver que se intenta hacer cosas nuevas en este sentido.
Transformers se deja jugar y no intenta renovar el género. De hecho, se le puede criticar un poco de conformismo en el plano jugable, pero la realidad es que a los mandos funciona. Del mismo modo que funciona la campaña cooperativa para tres jugadores, o el multijugador que sin ser el objetivo principal del juego sí que tiene ciertas semejanzas al de Modern Warfare.
Lo más destacable, además del diseño artístico, es el argumento y la forma en que se desarrolla, motor real del juego que incita a seguir con interés esta eterna lucha entre Autobots y Decepticons.
Lo Mejor
- Desarrollo del argumento
- Diseño adulto (depende de gustos)
- Cooperativo y multijugador correctos
Lo Peor
- Combates algo toscos
- Transformaciones no muy aprovechadas
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