martes, 22 de junio de 2010

Todo sobre Kincect de Xbox360

El año en que se quiso conquistar a todos los gamers

por María Baeta

Creo que estaremos todos de acuerdo en que Nintendo se ha llevado el gato al agua esta vez en la E3. Sin ser brillante en nada (que si Zeldas, Marios y Kirbys) nos entusiasmó al final de la conferencia con su nueva consola, 3DS y es una sensación que creció más y más con los días.

La gran N lleva cuatro lustros investigando la tecnología 3D, y se nota. Para empezar, adiós a las gafas, ¡y gracias a Dios! En un mundo donde cada vez queremos una imagen más grande, con más resolución y más real, el hecho de tener que calzarnos unas ridículas gafas es un paso atrás, un gran handicap para que esto del 3D se vuelva algo habitual y, sobre todo, natural.

Segundo, porque va a por todas, con un catálogo espectacular de buen inicio, pensando en todos los géneros y todos los públicos y poniéndoselo muy difícil a la competencia, aunque, ¿qué competencia? En portátiles desde luego pronto dejará de tenerla...

Si el E3 2010 fue el E3 de 3DS no lo fue sin duda de PSP. Sony prácticamente ninguneó su consola y, por una vez, no se cumplió un rumor, el de la nueva PSP 2 ¿Sentencia de muerte? Es pronto para decirlo, pero sin duda Sony lo tiene muy, muy difícil.

Pero es que tanto Sony como Microsoft decidieron centrarse en otras cosas. Claro, no faltarán esos key titles de cada una, esos Killzones, esos Gears of Wars, esos Gran Turismos y esos Halos. Pero títulos así ya son superventas antes de que se les dé fecha de lanzamiento por lo que mejor no perder tiempo y centrarse en lo nuevo.

Tanto Sony como Microsoft nos enseñaron sus respectivos nuevos periféricos, Move y Kinect. Que van a marcar un antes y un después, eso está claro, que se puedan aplicar a todo, eso ya es otra historia. Microsoft se centró en juegos “para toda la familia”. Así, el baile, el fitness, el cuidado de animales y demás actividades “casual” coparon la conferencia de Microsoft.

Sony tiró menos por esos derroteros y es que también presentó títulos más tradicionales, como Sorcery o The Fight: Lights Out, géneros clásicos pero con jugabilidad cien por cien Move. Aunque Move resulta copia descarada del concepto Wiimote, su mejor respuesta y los gráficos de infarto de PS3 dejan a Wii en pañales.

La cuestión es que ni Kinect ni Move pretenden sustituir el mando tradicional. Hoy por hoy se van a lanzar enfocándolos al público que, precisamente, no contempla el uso de estos mandos, y me parece una buena estrategia.

Eso tan criticado por algunos, yo lo celebro. Celebro que ambas compañías se hayan contagiado en eso de Nintendo. No por ello van a dejar de haber buenos títulos hardcore, pues el hardcore gamer seguirá siendo el consumidor número uno.

Así, más que de revolución en la jugabilidad, con los nuevos controles hablaría de extensión de la jugabilidad, de convertir el entretenimiento con consola en algo mucho más global, centrado en los juegos pero con un componente más de “experiencia” de “sensación” o hasta de utilidad práctica y no siempre de competitividad. Y aún con esas creo que, en un futuro cercano, también será habitual ver infinidad de juegos hardcore con esos nuevos controles, sólo que aún queda un poco de investigación y un poco más de riesgo, de lo que no siempre andan sobradas las grandes empresas.

Nintendo, el camino a seguir (por tercera vez)

por Raúl Pérez

Hablar de ganadores y perdedores es inservible este año. Cada compañía ha presentado cosas muy potentes e importantes para ellos, pero definitivamente ha sido Nintendo la que por tercera vez en menos de una década ha pegado un estirón a la industria. Lo hizo con Nintendo DS y su pantalla táctil, lo repitió con Wii y ahora vienen con las tres dimensiones bajo el brazo. Un empujón que viene justo cuando ya nadie apostaba por Nintendo y que cambiará durante los próximos años unas normas establecidas por ellos mismos cuando presentaron Wii.

Ya no sólo es la impresionante tecnología 3D que trae consigo la nueva consola portátil y con la que todos estamos alucinados. Sobra decir queNintendo ha reventado el mercado de las portátiles un año antes del lanzamiento oficial de 3DS… pero no sólo es eso. Es el cambio de mentalidad que deja ver los juegos presentados en la feria.

Si durante cuatro años Nintendo se ha dedicado a cultivar una marea de jugadores casuales con sus juegos facilones, visualmente atractivos pero jugablemente inocuos (excepto en honrosas excepciones); con Nintendo 3DS,la compañía japonesa ha cambiado el chip, con un regreso a los orígenes del videojuego que podemos ver en sus futuros lanzamientos. No es casualidad que juegos con una jugabilidad tan clásica como Metroid, Kirby, Kid Icarus, Zelda o StarFox, por decir algunos, hayan sido los protagonistas absolutos del E3.

Esta nueva hornada de juegos, a veces remakes otras actualizaciones de conocidas franquicias, son los que gustan a todo el mundo porque su estructura jugable es de las que se definen como “clásicas”. Los primeros juegos de Nintendo 3DS apuntan a esos jugadores más o menos veteranos, hartos ya de tanto producto conceptualmente simplón, que ven en Kid Icarus un renacer de los videojuegos cuando realmente eran divertidos. Y lo mejor de todo es que esa tendencia parece prolongarse a Wii también.

En ningún caso estos juegos sustituirán los productos más casuales, o a los títulos “new hardcore” que vemos en las consolas de sobremesa. Pero desde luego vienen a cubrir un hueco cada vez más grande y que muchos jugadores ansiábamos tapar.

Por mal que pese a muchos, a la cola de Nintendo sigue estando Sony y Microsoft, pero con un retraso de 4 años. Y esto lo suscribe uno que ha rajado lo indecible de la Gran N… justamente ahora, que Nintendo cambia de rumbo hacia la jugabilidad más pura, ellos empiezan su era de “sensores de movimiento” y juegos vacíos. Eso sí, con una tecnología que deslumbra por uno u otro motivo, nadie lo niega.

Paralelamente en PS3 y Xbox 360 encontramos también más y más videojuegos de tiros y explosiones, de muertes espectaculares y frenetismo militar. Que gustan, sí, pero cuya falta de originalidad empieza a cansar. Ha llegado un momento donde parece que para Sony o Microsoft jugar a videojuegos implica 100% matar a alguien o a algo y, señores, esto no es así.

Yo por mi parte, además del bofetón que Nintendo ha dado a sus competidores, me quedo con los juegos más “indies” presentados, esos que no entran en el mercado mainstream pero que jugablemente están varios pasos por delante de todos, como Limbo o Journey. Me quedo con la gran ausencia de The Last Guardian que me hace intuir que será un gran, gran videojuego. Me quedo con Child of Eden. Me quedo con los dos nuevos Castlevanias… pero sobre todo, me quedo con la ilusión que Nintendo me ha hecho recuperar.

¿Un paso adelante?

por Jesús Bosque

Aunque la feria en sí comenzó el miércoles, el fuego se había abierto antes con las conferencias de Nintendo, Sony, Microsoft, EA y Ubisoft. Cinco conferencias diferentes pero con algo en común en todas ellas: falta de originalidad, falta de ideas nuevas.

¿Qué está de moda el 3D? Pues todos los juegos que presenta Sony tienen que ser 3D. Y por supuesto, según Sony, para poder disfrutar en 3D pues te tienes que comprar una pantalla 3D que comienzan en los 2000€ y utilizar unas gafas que son pesadas. Ideal en tiempos de crisis.

¿Qué la competencia ha triunfado con los juegos casual, con el movimiento? Pues lo copiamos en mayor o menor medida. Unos (Sony) directamente copiando el mismo modelo de Nintendo, sólo que eso sí, con más botones y una bola con luces cambiantes.

Microsoft optó por copiar tanto a Nintendo como Ubisoft. Esta última ha demostrado que un juego que tiene problemas de detección y un entorno gráfico limitado puede ser todo un éxito si tiene algo que se debería pedir a cualquier juego: Diversión.

Para ello nos presentaron una tecnología sorprendente, que es Kinect, con juegos que tienen cero de sorpresa: ejercicios, golf y baile. ¿Dónde he visto esto? ¡Ah sí! En Wii.

Nintendo, sin embargo, contentó a todos. Por un lado a los seguidores más acérrimos de la gran N con un Zelda que, pese a ofrecer una demo en la que el sr. Miyamoto podría haber estado más entrenado (con todos mis respetos por un genio como Miyamoto), tenía una pinta estupenda y estaba pensado realmente para Wii.

Pero si me quedo con algo es con 3DS. Es verdad que puede no ser original en ofrecer imagen 3D, pero sí en jugar con las perspectivas del 3D, algo que pocos juegos se han atrevido a hacer hasta ahora. Y encima sin necesidad de una pantalla plana o sin tener que coger gafas especiales.

¿Y el resto de compañías? Pues hemos visto mucho juego, mucho número tras el título y, la verdad, mucha apuesta este año por los nombres más sonoros. No en vano estamos en tiempo de crisis, pero viendo las cifras de ventas, en el caso del videojuego, estamos en crisis de ideas.

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