lunes, 27 de septiembre de 2010

Quantum Theory nos trae un análisis

Lo que hay detrás de Quantum Theory a la vista de todos está y no tiene mucho misterio. El extrañamente enorme parecido de esta producción de Team Tachyon (subsidiaria de Tecmo y padre de otros juegos como Undead Knights) con Gears of War ya daba muy mala espina incluso desde los primeros esquemas presentados hace ya más de un año. Hoy todos nuestros miedos se han confirmado.

Es difícil entender cómo una desarrolladora se lanza a crear tan a ciegas un juego que tiene cero personalidad y mucho de inspiración (o copia) en otra gran producción. Porque una cosa es el homenaje, o la presunción de que dos juegos del mismo género se terminan pareciendo entre sí, y otra bien diferente es coger las ideas de control, jugabilidad, diseño y estilo, punto a por punto, y hacer lo que se dice un “copy-paste” a lo bruto. Y encima, hacerlo mal.

Quantum Theory no sólo desilusiona a la hora de jugarlo, sino que nos obliga a preguntar cómo es posible que alguien confiara en un producto así. Y esto es una gran lástima, porque ese enorme esfuerzo se podría haber empleado en crear otro tipo de videojuego, seguramente, más exitoso.

Argumento perdido

Después de haber jugado todo lo jugable en Quantum Theory aún no nos queda claro de qué va el juego. El argumento se centra en Syd, un “mata-torres” que va por un mundo post-apocalíptico destruyendo unas misteriosas torres malignas. Las torres transmiten un virus llamado Diablosis, algo sí como el humo negro de Perdidos, y que transforma a la gente de bien en monstruos. En el juego viviremos la ascensión y destrucción de una torre, en concreto de una supuestamente más maligna que el resto.

Hay poco de original y mucho de repetitivo en todo lo que veremos en el juego, con niveles muy semejantes unos de los otros, las mismas paredes, objetos, coberturas y, sobre todo, los mismos enemigos. Aunque hay una cierta variedad de éstos, lo cierto es que son tan extremamente semejantes entre ellos que al poco los veremos iguales. Una muestra de la desafortunada dirección artística del juego.

El resto del juego es lo esperado. Una sucesión de niveles donde debemos llegar hasta el final, luchando y disparando a todo lo que se mueva. Cada nivel representa una parte de la torre que al poco descubriremos se comporta como si fuera un ser vivo, por lo que tiene Abdomen, Tráquea, Clavícula, Cerebro… etc.

Hay diferentes tipos de armas que corresponden a los estereotipos de ametralladora, shotgun, lanzamisiles, etc. pero en la práctica son poco útiles. Por ejemplo, la que hace las veces de escopeta es casi inservible. No hay granadas de ningún tipo, y se echan en falta en según qué situaciones.

Control muy deficiente

Quantum Theory se juega exactamente igual que Gears of War. Incluso el control es sumamente parecido, con los mismos botones para las mismas acciones (correr, golpear, cubrirse…), la recarga es similar pero se descarta la “recarga rápida”.

Las mismas acciones implican las mismas animaciones, y así es, con un movimiento del personaje exactamente igual al de Marcus Fénix que no hace más que causar aún más mala imagen a todo aquel que haya disfrutado de la producción de Epic.

Sin embargo, aunque el sistema de cobertura y disparo es en teoría igual, no es así en la práctica. Por ejemplo, las coberturas funcionan rematadamente mal y los disparos consiguen darnos incluso cuando estamos tras un fuerte muro de piedra, demostración de un fallo en la programación. Por otro lado, al salir de las coberturas el personaje no se mueve en paralelo, sino que cambia de perspectiva desorientando al jugador que muchas veces está mirando en una dirección para al salir de la cobertura apuntar en otra. Esto nos hace corregir continuamente la cámara para mirar donde nosotros queremos mirar.

Pero quizá lo peor es el sistema de apuntado al apretar el gatillo izquierdo para hacer zoom. En ese momento la mirilla se mueve erráticamente, a veces muy lenta otras muy rápida. Esto es debido a una extraña aceleración que sufre la mirilla cuando la movemos, haciéndola muy pesada para moverla con agilidad, pero muy suelta cuando queremos apuntar con precisión.

Además, aunque las mirillas (de varias formas según el arma) ocupan tamaños diferentes en la pantalla, dando la sensación de causar daño en toda esa zona, la realidad es que sólo son efectivas en el píxel central. Si no apuntamos con ese píxel no acertaremos, dificultando aún más la puntería.

El control del apuntado es difícil de explicar, pero desde luego no funciona bien ni estando cubiertos ni en movimiento.

Por su parte los enemigos tienen una IA limitada e igual para todos. Eso sí, se aprovechan descaradamente de nuestras limitaciones en el control lanzándose a nosotros en un ataque suicida que muchas veces supera nuestros flancos. Es más, el juego en un alarde de “trampas” se las ingenia para hacer salir enemigos desde lugares que no podemos ver directamente, y muchas veces aparecen en zonas que ya habíamos dado por limpias. Amén de aparecer súbitamente por nuestra retaguardia cuando se supone que ya hemos matado a todos.

En definitiva, Quantum Theory es un shooter poco, o nada, satisfactorio. Muy soso para competir contra los grandes juegos, poco variado y tremendamente monótono (es normal tener la sensación de estar haciendo exactamente lo mismo todo el rato).

Tecnología escasa

Tampoco es que gráficamente sea una gozada. Se ha limitado a presentar unos gráficos justos para cumplir por la mínima, con mucha textura ya no de baja resolución, sino directamente que se ve borrosa. Si al menos los protagonistas y enemigos tuvieran algo de carisma, se podría hacer la vista gorda, pero ni siquiera eso, y a esto se le suman animaciones toscas, clipping descarado, muertes explosivas de efecto añejo… no, Quantum Theory no es nada visual.

Se podría haber mejorado este apartado con las localizaciones. El hecho de que la torre sea en realidad un “ser vivo” podría haber dado bastante juego en el apartado estético, sin embargo a pesar de que cada nivel representa una parte interior de un cuerpo la realidad es que todas las fases parecen iguales, sin atisbos claros de ser lo que dicen ser. Si cambiásemos los nombres de los niveles, ni lo notaríamos.

El apartado sonoro pasa desapercibido por completo, aunque algunas melodías, de corte épico, resultan bastante adecuadas. Lástima que sean pocas las partituras y se repitan muy a menudo.

Conclusiones

A Quantum Theory cuesta darle una baja puntuación, no porque se la pueda merecer o no, sino porque de hecho da lástima hacerlo. Pensar que detrás de esto hay varios años de trabajo y la ilusión de mucha gente, produce una sensación de pérdida de tiempo que no debería transmitir ningún videojuego. Pero la realidad es la realidad, y en estos momentos es imposible recomendar Quantum Theory. Sencillamente el nivel general es demasiado alto y hay muchos buenos juegos ahí fuera.

Lo Mejor

  • Relativamente largo

Lo Peor

  • Control malo y errático
  • Diseño artístico aburrido
  • No destaca en ningún apartado

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