Hace ya 8 años que Mafia marcó un antes y un después en el terreno de los juegos de acción en mundo abierto. Una historia cautivadora, una gran jugabilidad, un excelente apartado gráfico para la época y algunos aspectos, como el comportamiento real de la policía, que no tuvo en cuenta su “competencia” (hacía poco que había salido GTA: Vice City) hicieron de este título creado por el estudio checo Illusion Softworks –más tarde se convertiría en 2K Games- todo un título de culto.
Hemos tenido que esperar casi una década para ver la segunda parte, después de varios rumores y muchos retrasos, pero por fin lo tenemos aquí. Mafia 2 tiene, sin duda, muchas virtudes, aunque cabe decir que no produce el impacto del primero tal como ha evolucionado el género y tiene algunos problemas que no lo hacen alcanzar el sobresaliente. Aún así estamos ante un título muy recomendable y con mucho encanto.
Un fresco histórico
Como en el primer Mafia, aquí encontramos otro protagonista que poco a poco se irá involucrando en el crimen organizado e irá ascendiendo en la escala social de la mafia. Así seremos Vito Scaletta y cubriremos sus años de vida desde principios de los 40, cuando participa en la Segunda Guerra Mundial –corto pero trepidante primer capítulo del juego- hasta parte de los 50.
Una de las primeras cosas que llama la atención de Mafia 2 es el excelente trabajo de recreación de estas épocas. Exceptuando pequeños anacronismos, como que aparezcan ejemplares de la revista Playboy antes de su lanzamiento, en 1953 - pero Hugh Hefner pagó un dineral para que su publicación apareciese en el juego-, las décadas de los 40 y 50 están ambientadas con todo lujo de detalles. Vestimenta, vehículos, tipos de edificios, mobiliario urbano, música, decoraciones de las casas... Respiramos ese periodo en la ciudad de Empire City –un émulo de Nueva York- y en otras localizaciones que nos os desvelaremos.
Respecto al guión, es una clave importantísima para entender Mafia 2. Las cosas no pasan porque sí, sino que detrás hay una historia muy bien hilvanada y están muy bien definidos los personajes principales. Ayuda mucho a ello la gran cantidad de cinemáticas, de una planificación cien por cien cinematográfica, y unos diálogos con numerosas referencias al cine de mafias, con abiertos homenajes a Coppola y Scorsese.
Esto es la mafia
La historia de Mafia 2 está estructurada en 14 capítulos –en total, unas 10 a 15 horas de juego-, que por norma general transcurren en un día o en un corto periodo con varios saltos temporales. Cada capítulo tiene una gran misión, por así decirlo, y otras más pequeñas que la complementan. Todo ello sigue una estructura lineal, es decir, no tendremos varias opciones a la vez, aunque sí la libertad de dejar de lado la misión siguiente un rato para poder explorar la gran Empire City.
Estas grandes misiones son las clásicas del género sandbox: acabar con todos los enemigos de una zona, rescatar a unos amigos, asesinar a un objetivo, robar algo... Todas ellas tienen que ver, fuertemente, con el ascenso en la escala mafiosa de Vito y de su amigo Joe, gran secundario. Cabe decir que son bastante variadas y que combinan la acción más pirotécnica con el sigilo, aspecto, este segundo, que apenas hemos visto en sagas como GTA.
El problema viene en las misiones satélite, o las transiciones entre misiones. Principalmente porque hay un buen puñado de tareas “aburridas” antes de llegar al meollo, como una misión en la que deberemos conducir por toda la ciudad y repartir cartones de tabaco. Además, dada la gran extensión de Empire City conduciremos mucho. No es malo en sí, pues la ciudad se disfruta con cada detalle, pero ciertas travesías en coche harán que el juego resulte en algunos momentos un poco lento.
Entendemos que 2K Czech ha buscado una recreación absoluta del mundo de la mafia, donde no todo son tiroteos espectaculares, sino que también hay momentos de “trabajo sucio”, pero creemos que se podrían haber ahorrado alguna de estas tareas satélite, y más teniendo en cuenta que algunos momentos “de acción” se dan en las cinemáticas cuando podrían haberse ejecutado, como tener que matar a sangre fría el enemigo final de alguna misión –y no haremos mucho spoiler si decimos que es algo que se vio en la demo.
Dispara, mata, pelea
La jugabilidad de Mafia 2 es muy variada. Así, tiene gran importancia el uso de armas, pero también la conducción –prudente o no-, el sigilo y las peleas a puño desnudo.
El control es bueno en todos los casos haciendo que no sea antinatural pasar de un modo a otro. Respecto al uso de armas, tiene el clásico sistema de apuntar y disparar que tan buenos resultados da con los mandos con gatillos –aunque en PC, con el ratón, también es jugable-, así como un apuntado semiautomático mucho más sutil que Red Dead Redemption. Por cierto, sólo podemos sacar las armas cuando sea necesario, pues si la policía nos ve empuñando, aunque sea un pequeño revólver, nos vamos a meter en un buen lío.
El sigilo funciona al estilo de otros juegos, con la opción de agacharse, matar por detrás y esconder los cadáveres. No falta el indicador de peligro, que si se llena hará saltar la alarma. Las misiones de sigilo no abundan en los sandbox, así que agradecemos esta inclusión en algunas misiones con un peso importante en la historia.
Respecto a las peleas a puño desnudo, también nos han sorprendido gratamente. Aunque el sistema es muy sencillo –cubrirse, puñetazo fuerte y puñetazo flojo- está trabajado, y también tiene importancia en algunos momentos de la historia –incluida una interesante misión, fuera de Empire City, que funciona a modo de tutorial. Además, hay pequeños combos y QTE, estos últimos muy simples, todo hay que decirlo, pero que producen KOs al enemigo de lo más espectaculares.
Todas estas variaciones en la jugabilidad funcionan sin problemas... exceptuando un “pequeño detalle”, y no es otro que la cámara del juego. A diferencia de otros títulos no se va adaptando siempre a cómo nos movamos, sino que deberemos hacer mucho uso del ratón o del stick derecho de nuestro mando para ajustarla. Esto resulta muy engorroso en misiones que requieren de velocidad, persecuciones y también en las peleas cuerpo a cuerpo.
No sólo eso, sino que, para mi gusto, la cámara anda siempre muy pegada al personaje, creando la sensación de que está un poco detrás de sus hombros y a ratos directamente lo perdemos –especialmente si rotamos el plano de manera rápida. A medio camino entre la tercera y primera persona, esta distancia, unida al mal giro de la cámara, resulta todo un problema.
Sobre ruedas
No, no nos hemos olvidado de la conducción, sólo que los vehículos en el juego tienen un papel bastante importante y merecen su propio apartado.
Como decíamos, gran parte del juego nos la pasaremos conduciendo –mucho más que en la primera parte-, pues las distancias son enormes y a menudo habrá que transportar objetos pesados, acompañar a un amigo o perseguir a un enemigo. Por ello 2K Czech ha trabajado mucho el tema de los vehículos.
Dos décadas dan para muchos modelos de coches, que están perfectamente recreados. Las diferencias entre unos y otros se notan, por ejemplo, en la velocidad. Sobre esto cabe decir, además, que podremos activar un limitador de velocidad para no llamar la atención conduciendo muy deprisa y para evitar accidentes. Y es que la poli está al acecho, y si nos chocamos con ellos, creamos caos o corremos demasiado, nos puede parar para multarnos o incluso detenernos.
La “conducción segura” era algo muy característico del primer juego, y aunque aquí la policía “se ha relajado” –no nos detendrán por pasarnos semáforos o provocar choques pequeños con otros vehículos- es de agradecer que las “malas acciones” conduciendo puedan tener peso y perjudicarnos. Afortunadamente, la conducción en Mafia 2 es algo mejor que la de GTA, donde a veces los coches más que rodar parece que floten.
Tampoco se deja de lado la acción de robar vehículos, que requerirá de ganzúas y de realizar un pequeño minijuego para abrir la puerta –siempre podemos romper el cristal, pero llama más la atención. Si la policía nos ve o alguien denuncia el robo nos perseguirán sin tregua.
Por último, cabe destacar todo el tema de daños y tuneo del vehículo. Por un lado los daños le afectan y mucho. Cualquier mínimo choque produce roturas en el coche, y por tanto, dificultad para que funcione en condiciones. Por otro, podremos arreglar estos daños en el taller o simplemente personalizar los coches a nuestro gusto, ya sea para guardarlos en el garaje o venderlos como nuevos o como chatarra y sacar un dinerillo extra.
Un gran trabajo técnico
Como decíamos, Empire City –y otras localizaciones- están muy bien recreadas, con todo lujo de detalles. Además, numerosos son los transeúntes, y su comportamiento es el que se espera de una persona real si nos chocamos con ella o la amenazamos. La ciudad está viva, y eso se ve en los diálogos cotidianos que se oyen por la calle, la música de los locales o las actividades que realiza la gente en los sitios públicos.
En términos técnicos esto se traduce en escenarios con una buena distancia de dibujado, a la que beneficia el desenfoque en distancias lejanas. Hemos notado algunos problemas de popping, aunque no son tan descarados como en otros juegos, por lo que no resultan algo realmente molesto.
Destaca, además, una correcta iluminación que va variando a lo largo del día y diferentes fenómenos atmosféricos bien recreados –excelente el comienzo con Empire City nevado- que afectan a la conducción, al sonido que produzcan nuestros pasos y a las marcas que se dejen en el camino.
El modelado y animaciones de los personajes es muy realista y hay muchos diseños, por lo que no da la sensación de ver “clones” por la calle. Sólo hemos detectado algunos fallos en algunos modelos, como en un momento dado que al bueno de Vito le salió una “joroba” de la americana del traje.
En los primeros planos destacan unos rostros que buscan el realismo, aunque estamos lejos de que resulten “naturales”, pues sus animaciones aún lucen algo acartonadas. Esto se olvida gracias a todo el resto y la excelente planificación de las cinemáticas.
Sonoramente, el juego cumple con nota. Como decíamos, están muy bien elegidas las melodías de cada época, con canciones reales de esos años de swing, blues, rock and roll... Todo un lujo para nuestros oídos. Estas se oyen en la calle, en las tiendas, en los coches... Además, en momento de máxima tensión el juego tiene su propia banda sonora, también excelente.
El doblaje en español es de calidad, con unos actores adecuados para los personajes, aunque la voz de Vito Scaletta parece de un hombre más mayor –el juego transcurre, básicamente, en los veintitantos años del personaje-, pero aún así hace una excelente interpretación. Además, hay el hándicap de que, en español, se pierden los matices de los acentos según las etnias, y es que no hablan igual los italoamericanos, los afroamericanos, los chinos o los irlandeses. Pero para comprobar esos matices siempre podemos probar el juego en inglés.
Una oferta que no podrás rechazar
Mafia 2 resulta un estupendo entretenimiento. Como en la primera parte, la recreación histórica es espectacular, el guión no tiene nada que envidiar a una buena película sobre la mafia y la jugabilidad tiene momentos muy acertados. Sin embargo, se hacen largas algunas transiciones entre misiones importantes y, sobre todo, el uso de la cámara en algunos momentos resulta francamente engorroso.
En cambio no considero hándicap que no haya casi actividades secundarias que hacer en el mundo libre del juego, pues Mafia 2 es un título claramente enfocado a una historia principal que va de menos a más, y la idea de 2K Czech no era crear un sand-box al estilo GTA.
En definitiva, por muchas razones Mafia 2 roza el sobresaliente, pero ciertos problemas y esos momentos que resultan “aburridos” hacen que debemos rebajarle la nota. Aún así, si os atrae el mundo de la mafia y os gusta el género sandbox, Mafia 2 es una oferta que no podréis rechazar.
Lo Mejor
- Excelente recreación de los años 40 y 50
- Un guión a la altura de una buena película
- Divertidas misiones principales
Lo Peor
- Los momentos entre misiones importantes pueden resultar tediosos
- Los problemas con la cámara
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