Extraño es el movimiento de Nintendo al presentar Wii Party en sociedad. Se trata de un nuevo juego familiar cuya jugabilidad se asienta en superar multitud de mini-juegos enmarcados en diferentes modos de juego, el principal: el Juego de Mesa.
Este estilo de juego se identifica claramente con la saga Mario Party, cuya octava entrega se recibió en Wii con no demasiado entusiasmo. Quizá sea por eso que Nintendo le da un giro a ese formato e integra a los populares Miis en Wii Party, descartando por completo cualquier referencia a Mario y amigos.
Deshacerse de todo el “diseño Mario” tiene un doble efecto. El primero es recuperar el mismo estilo de juego pero con aires nuevos que no puedan asociarse al personaje con bigote. El segundo es quitarse las cadenas en cuanto a creatividad (si es que pudiese haber algunas) para lograr ingeniar un videojuego que aporta mucha más variedad que el “Juego de Mesa Mario” al que los Mario Party nos tenían acostumbrados.
Wii Party será un juego para divertir a toda la familia o pasar un entretenido rato con cuatro amigos, bien sea jugando en plan más tradicional, o probando los alocados modos de juego que se suman en esta propuesta.
Para todos
Nintendo promete 13 modos de juego totalmente diferentes, que van desde el típico concurso televisivo para cuatro jugadores (estilo Buzz), hasta un modo de juego que interactúa con nosotros y el mando Wiimote, trasladando la diversión fuera de la pantalla.
Una vez más, sin embargo, es el Juego de Mesa el modo principal. Aquí, cogemos a nuestros Miis y jugamos una partida como si fuera un juego de tablero de toda la vida. El escenario de juego se divide en casillas que deberemos recorrer para conseguir puntos. Así durante un número de turnos o tiempo, prefijado antes de comenzar, el que más puntos acumule al final gana.
Las partidas son de cuatro en cuatro, lo que significa que si somos dos, el resto los controlará la consola. Lo más importante es que tras cada turno hay una ronda de combate, con un mini-juego aleatorio y cuyo resultado favorecerá o perjudicará a uno o varios jugadores. Así, creando alianzas y rompiéndolas, siendo hábil en los juegos, o buen estratega sobre la mesa de juego, al final el pique está asegurado.
Hay más de 70 mini-juegos diferentes. Muchos de ellos se comparten entre diferentes modos, pero otros serán exclusivos.
Por ejemplo, otro modo de juego será Parejas. Aquí el juego cooperativo entre dos personas es la clave, con mini-juegos (y sin ningún tablero de por medio) totalmente diferentes al resto de modos. El objetivo es cumplir los requisitos que nos piden, ya sea un número de puntos o superar todo el recorrido. Hay de todo tipo, desde recorridos en una balanza cuya coordinación entre jugadores será la clave, o ir abriendo y cerrando puertas para poder avanzar, eliminar fantasmas con la luz de una linterna, disparar a globos subidos en un tren… todo en parejas.
Pero el modo estrella será el House Party. Aquí los mini-juegos traspasan la pantalla de la tele para meterse en nuestro salón. ¿Cómo? Pues con varias propuestas. Por ejemplo, en uno de estos mini-juegos deberemos dejar los cuatro Wiimotes sobre la mesa y en pantalla aparecerá la figura de un animal. En los Wiimotes se oirán cuatro ruidos de animales diferentes y el que primero coja el mando correcto sumará puntos.
En otro modo debemos ocultar el mando en algún lugar del salón para que el resto lo encuentre. Cuanto más tiempo pase, menos puntos gana, y si tarda mucho en encontrarlo, el mando producirá un ruido cada vez más fuerte. No podía faltar la Patata Caliente, con el Wiimote pasando de mano en mano cuidadosamente, aquel que lo mueva mucho lo hará explotar y perderá.
En Navidades
Wii Party acaba de salir en Japón, pero a EEUU y Europa no llegará hasta estas Navidades. Nos encontraremos con un juego que encaja a la perfección con el “estilo Wii”. Al deshacerse de cualquier signo Mario se hace un juego de “marca blanca” accesible para cualquier persona aunque no conozca nada de la saga anterior.
En cuanto a mini-juegos, Nintendo ha intentado darle al juego más profundidad, con más modos de juego y mayor variedad para que pueda jugar cualquier persona del planeta. Seguro que a los que buscaban un Mario Party no les terminará de convencer, pero al final eso no quita que Wii Party pueda ser más o menos divertido.
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