Cuando Sony presentó en la E3 Move, todos pusimos nuestros ojos en The Fight: Lights Out. Este juego de lucha callejera tenía la pinta de ser la mejor manera de aprovechar las características de movimiento del mando de PS3, y es que si se hubiese hecho bien podríamos estar hablando de un entretenido simulador de peleas. Pero la realidad, ahora que lo hemos probado, es muy distinta.
The Fight: Lights Out es un título que, con una estética que nos recuerda a la película El Club de la Lucha, nos pone en la piel de un luchador y en su camino hacia el estrellato de las peleas barriobajeras, sucias y sin concesiones que se desarrollan en la calle, unos almacenes o un puerto. De esta forma pasamos al clásico editor de personaje, donde seleccionaremos físico de nuestro alter ego y, más adelante, podremos irlo mejorando en las características típicas de juego de lucha: fuerza, resistencia, etc. Para empezar, este editor es muy limitado, pues apenas hay opciones de personalización, sólo unas cuantas caras, peinados y cuerpos predeterminados y en cuanto a ropa, al principio tenemos poca, ya que las nuevas prendas, las iremos ganando combatiendo.
Una vez elegido a nuestro antihéroe, pasaremos al tutorial. Esta es quizás la mejor parte del juego, pues el hilo conductor es ni más ni menos que Danny Trejo, peculiar actor protagonista de Machete, de Robert Rodríguez. Con un correcto doblaje al castellano el malote Trejo nos va dando indicaciones –y nos insulta de vez en cuando- a través de vídeos en los que nos mira directamente a cámara. Estos tutoriales hablados dan paso a la secuencia jugable, donde como es habitual, no se pasa a la siguiente lección hasta que no realizamos bien un determinado número de veces cada acción.
Aprenderse las técnicas de The Fight es relativamente sencillo, y es que todo se basa en simular lo mejor posible los tipos de golpes y puñetazos que haríamos en la vida real así como las coberturas pero empuñando los sensores Move, uno en cada mano. Ahora bien, para mover al personaje y realizar otras acciones como codazos o envestidas la cosa no es tan intuitiva, sino que hay que realizar movimientos forzados (si no hacemos el tutorial es imposible deducirlos) y utilizar algunos botones. Esto complica un poco el asunto, pero dado que las técnicas son limitadas, éste no es el verdadero problema.
El auténtico problema de The Fight es el control en sí mismo, que muchas veces no responde a nuestros movimientos. No sabemos hasta qué punto hay que acercarse al rival para alcanzarlo, subir o bajar el brazo no asegura que nuestro personaje lo haga igual, los Move no detectan bien las rotaciones de muñeca, el lag es muy acusado en algunas ocasiones, cosa que afecta especialmente a las coberturas y a los golpes rápidos…
La lista de fallos de control es casi infinita, y la sensación de que el juego “no nos hace caso” la podemos tener varias veces en una misma pelea. Además, no podemos mover los pies, pues el juego se descalibra, lo que resulta todavía más incómodo en un título donde por inercia nos acabamos moviendo.
Lo curioso de todo esto es que, al contrario de lo que se podía pensar, jugar con un solo Move no dificulta la experiencia de juego. Así, si sólo disponemos de un sensor, el otro se sustituirá por el clásico Dualshock, que aprovechando Sixaxis detecta determinados giros y movimientos y por ello se usa como el otro puño. Es triste, pero teniendo la alta tecnología de Move, resulta que hay ciertos golpes que se dan mejor y con menos lag usando Dualshock… cuando Danny Trejo nos ha dicho al principio de la partida que jugar con un solo Move nos hace más torpes.
Ganar peleas será difícil, no tanto por nuestra torpeza sino por todos estos problemas de control que hemos explicado. Y lo peor de todo ello es que los incentivos no son tantos: más y más peleas, dinero para gastar en curas o accesorios, puntos de experiencia para el personaje… Lo típico de este tipo de juegos, pero sin nada realmente especial, ningún modo historia o carrera más desarrollado, apenas un multijugador en pantalla partida…
Gráficamente el juego es correcto, pero está lejos de prodigios como la saga Fight Night Round, y su estética casi en blanco y negro y con una iluminación tenue acaba agobiando por su falta de variedad. Además, como decíamos, no quedan claras las distancias con el otro luchador, especialmente con algunos ángulos de cámara y por el clásico sistema de personaje que se vuelve transparente cuando nos acercamos mucho a algo.
Como decíamos, lo mejor del juego son esos vídeos con Danny Trejo dándonos lecciones, y que digamos que lo mejor de un juego sean las cinemáticas significa que el título deja mucho que desear.
El juego más decepcionante de Move
No todos los juegos que han aparecido en Move son buenos, ni mucho menos. Ahí está el aburrido Kung Fu Rider, por ejemplo, pero es que de un juego así no esperábamos mucho, en cambio The Fight es otra historia, pues dada su mecánica de juego podría haber sido un título muy a tener en cuenta.
Usar Move para pelear era una buena idea, pues está demostrado que, cuando se hace bien, el sensor de Sony detecta de manera estupenda el movimiento. Sin embargo, no sabemos si por un desarrollo rápido o una concepción errónea de juego The Fight le ha salido mal, muy mal a Sony, con un control muy lejos de lo que se podía esperar. Esperamos que la compañía aprenda de sus errores y tarde o temprano aparezca un buen simulador de lucha para PS3 y Move, pues estamos seguros que es posible lograrlo.
Lo Mejor
- Los vídeos con Danny Trejo
Lo Peor
- Control pésimo
- Estética repetitiva
- Características de personalización muy limitadas
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