Once años han pasado desde que apareció el Crazy Taxi original de recreativa. Una máquina de aspecto brillante, colores amarillos, volante y marchas a lo OutRun, y un juego en su interior rompedor en la época. Al ritmo de All i Want de The Offspring comenzaba la partida a bordo de un precioso taxi, y nuestro propósito era recoger transeúntes deseosos de llegar a alguna parte tan pronto como fuera posible. Nosotros éramos su remedio.
Crazy Taxi era alocado, frenético, graciosamente violento, ruidoso y nervioso. Un juego concebido para sacarnos los cuartos a dos manos puesto que la partida apenas duraba unos breves 5 minutos. Cada pasajero nos daba tiempo extra que alargaba la partida pero inevitablemente nuestros fallos, la escasa velocidad o el tráfico hacían que entregar a cada uno de ellos fuera cada vez más difícil. Así, sin apenas olerlo, el juego se tragaba nuestra valiosa moneda mientras el narrador gritaba a los cuatro vientos el final de todo. Una tabla de clasificación nos decía cómo de bien (o mal) lo habíamos hecho y nos azuzaba, si cabe un poco más, a intentarlo de nuevo. Por supuesto, metíamos otra moneda.
La versión en Dreamcast que apareció poco después calmó las ansias de gastar dinero en la recreativa. Fue uno de los primeros juegos de aquella consola y sin lugar a dudas uno de los más vendidos. Nos trasladaba píxel a píxel la intensidad de lo vivido en la máquina, con la ventaja de no perder más monedas e incluir una segunda ciudad (más pequeña) donde podíamos repartir pasajeros a diestro y siniestro.
Esta es la misma versión que ha llegado a Xbox 360 y PS3 en sus respectivas ediciones Arcade. Exactamente el mismo juego, con los mismos modos y ciudades, las mismas opciones y el Crazy Box (modo de juego de mini retos). Este 'nuevo' Crazy Taxi es tan, tan igual, que después de esos once años se notan muy claramente las limitaciones técnicas y jugables que en su momento no veíamos.
Sega promete una remasterización, pero no es así. La subida de resolución hasta los mínimos 720p exigibles no es tal, de hecho se juega con un molesto zoom por software que machaca las letras, pixelándolas, y además emborronándolo todo. En las opciones podemos desactivar este modo Full Screen y configurar los gráficos en 1:1, lo que disminuye el tamaño de pantalla pero, eso sí, iguala el acabado visual a como se podía ver en Dreamcast conectada por VGA.
Otro daño colateral es la mejora sustancial del framerate y velocidad de juego. Ha subido tanto que delante tenemos un Crazy Taxi vitaminado, en fast forward, que rompe aquel delicado equilibrio entre control, velocidad y frenetismo que tenía el original. Ahora todo es, sencillamente, loco, e incluso los golpes contra otros coches o paredes tienen unas consecuencias aún más bizarras y desproporcionadas que en el original.
Por lo demás Crazy Taxi sigue igual que siempre. Los nuevos del lugar encontrarán un juego que roza lo imposible al principio, y sólo cuando descubran los movimientos especiales como el Crazy Dash (turbo), el Crazy Drift o el Quick Turn, podrán ir un poco más allá. Las ciudades son iguales que en el original, son muy grandes (especialmente la de arcade) mucho más de lo que parece. También se conservan los diferentes modos de juego, dificultades, y ataques de tiempo de 3, 5 ó 10 minutos.
La novedad más interesante -de hecho la única novedad- son las tablas de clasificación online, donde compararemos nuestra puntuación con el resto del mundo y comprobaremos que por muy buenos que seamos jamás seremos el mejor.
Finalmente una mala noticia: se ha suprimido deliberada e inexplicablemente la banda sonora original. Olvidad eso de jugar a ritmo de Offspring o Bad Religion, porque aquellos temas se han sustituido por otros de rock estándar californiano. Cuestión de licencias, suponemos.
Adaptación demasiado conservadora
Lo cierto es que haber esperado tanto una edición PSN (y XBLA) de Crazy Taxi no ha merecido la pena. Esta versión es un copia-pega de Dreamcast, sin ni siquiera actualizar los menús de título o poner un mínimo interés en hacerlo bien. En este aspecto, Sega ha fallado. En cuanto al juego en sí, Crazy Taxi ha envejecido mal y se nota. Seguro que los aficionados y nostálgicos seguirán pasándolo bien –si perdonan la horrible BSO-, pero el resto difícilmente aguanten más de 15 minutos jugándolo antes de regresar a su GTA, Burnout o Need for Speed.
Lo Mejor
- El Crazy Taxi de siempre
Lo Peor
- Resolución no actualizada (aunque lo prometa)
- BSO nueva y nada carismática
- Algo más incontrolableE
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