Tras ver Tron: Legacy en el cine, tuve sensaciones encontradas al salir de la proyección. Decepción en muchos momentos, asombro en momentos puntuales y finalmente el hecho de que tal vez, no era necesario hacer una secuela de la película original de hace 25 años. Con el juego podría decir casi lo mismo. Aburrimiento ante algunos de los monótonos niveles, emoción cuando juegas en multijugador con las motos de luz y sensaciones muy diferentes si hiciese referencia al apartado técnico. Lo único que puedo decir con total certeza es que, como la película, es un juego que entretiene algunas veces.
El argumento del juego tiene una premisa bastante interesante para todo el que siga la “mitología” Tron. Se sitúa entre los acontecimientos de la primera película y lo de la segunda. Aquí Flynn se ha adentrado en la Red y de repente han aparecido los ISOs, esos programas nacidos de la nada que según la película son un auténtico milagro. Precisamente, de aquí vendrá en la película que Flynn quede bloqueado en la Red y que 25 años después su hijo vaya a rescatarlo. En el juego, la historia es justo en ese momento, en esos 25 años y el personaje principal es un “administrador de sistema” cuya tarea es averiguar quién es Abraxas y de paso sobrevivir a la rebelión de CLU, el clon virtual de Flynn. En resumen, el argumento del juego tiene tantas lagunas como el de la película y es muy confuso.
Este es el marco que nos encontramos para adentrarnos en el juego, pero los desarrolladores advirtieron que en realidad, el modo un jugador era algo así como un entrenamiento para el multijugador y esto en su momento puede chocar, pero después de jugar ambos modos resulta aún más incomprensible. Porque los desarrolladores tenían la oportunidad de aportar algo de luz a esos 25 años de vacío y, básicamente lo rellenan para contar una rebelión de manual con un virus informático. En tu odisea, te ayuda Quorra, la protagonista femenina de la película, pero su aportación al juego puede tranquilamente decirse que es testimonial. Además, no sé muy bien porque luchas con diferentes enemigos en un mundo de programas prácticamente idénticos.
Lo más curioso es que aunque todo lo que cuento parece un sin sentido, al final encuentras un juego monótono. En el modo campaña, el recorrido consiste básicamente en ir superando niveles. En 3D, con estética Tron, pero eso sí, superando niveles como si fuera un arcade de los años 80. La forma de saberlo es sencilla. Entramos en una “habitación” se cierran las salidas y tenemos que acabar con los enemigos. Los cambios entre niveles se limitan a cuántos enemigos hay que eliminar o cuán fuertes son. El desafío existe, por supuesto, pero tras varios niveles la sensación que he tenido mientras jugaba, es que me aburría, por ser todo el rato exactamente igual.
Las plataformas existentes en el juego recuerdan mucho, por no decir demasiado a Prince of Persia. Los movimientos y las animaciones de andar por la pared, o subir hasta un peldaño determinado son exactamente iguales a las de Prince of Persia. Lo curioso es que mientras en el juego de Ubisoft funcionaban bien, en Tron: Evolution no lo hacen tanto. La razón es sencilla, hay que dirigir el salto para alcanzar la siguiente plataforma y esto podría ser original, si no fuera porque hay que ser tan preciso que si fallas, acabas eliminado. Sin embargo, cuando esto pasa, no es muy preocupante, porque los puntos de control son tan frecuentes, que los intentos son sólo tediosos por lo inmediatamente repetitivo, no porque haya que volver a pasarse toda una sección entera. Lo dicho: aburrido, muy aburrido.
Claro, hablo de Tron y si conoces el universo Tron, en lo primero que piensas es en las motos de luz, aunque prefiero su terminología original, LightCycles. Estar, están en el modo de un jugador, pero son poco menos que testimoniales y ofrecen desafío cero. Las utilizaremos de vez en cuando para trasladarnos entre zonas pero nada más.
Sin embargo, las LightCycles también son divertidas. Son muy divertidas en el modo multijugador. Porque el verdadero potencial de Tron: Evolution es el modo multijugador. Hay bastantes modos diferentes, desde el clásico deathmatch utilizando las peleas de discos, hasta los momentos en los que usamos las LightCycles para encerrar a nuestros contrincantes en los laberintos que deja la estela de nuestra moto.
En estos modos multijugador me ha sorprendido bastante ver que el control es bastante más preciso que en la campaña, lo que me lleva a pensar que probablemente empezaron pensando en el multijugador y acabaron haciendo una campaña que asociase el juego con la película. Y es que tanta diferencia de diversión entre el modo campaña y el modo multijugador no deja de ser sorprendente.
Técnicamente hablando, Tron: Evolution es un juego al que no se le puede achacar nada. Consigue que nos metamos en la ambientación de la película. Las motos son las que son, los personajes son los que son y la estética del peculiar, por no llamarlo de otra forma, universo de Tron está en el juego. Pero una cosa es verlo durante las dos horas, como mucho que dura la película y otra muy distinta, aguantar la monotonía de tres colores en la pantalla de tu consola durante horas. Curioso, porque con Tron 2.0, un juego sin el apoyo de una película, la sensación era que había sorpresa tras otra.
Aquí, la sensación que tuve mientras lo jugaba era que estaba recorriendo una y otra vez los mismos escenarios, con ligeros cambios en algunas líneas y con algunos personajes nuevos, pero no hubo ningún momento en que me sorprendiese o que simple dijese: esto me ha llamado la atención. Cumple, sí, pero no por eso dejé de tener esa sensación de es todo igual. Algo que no ocurre con el sonido
El sonido de Tron: Evolution es, de largo, lo mejor del juego. Los efectos básicos, los que nos acompañan durante todo el juego están bien realizados y están directamente “importados” desde la película. El doblaje al castellano está realizado por los mismos actores que en la película, con lo que no es nada difícil meterse de lleno en el universo Tron, Pero si hay algo que merece la pena de Tron Evolution es la banda sonora. La misma banda sonora de la película impregna el juego en todo momento. Por supuesto, esto es cuestión de gustos, pero esta potente banda sonora da una gran personalidad al juego, sobre todo porque además suena continuamente con variaciones en el momento justo.
Monótono en la campaña de un jugador, mejor en el multijugador
Tron: Evolution me ha producido sensaciones bastante encontradas, algo que he repetido en este artículo. Es muy satisfactorio jugar una partida de LightCycles contra otros usuarios y tienes la sensación de estar realmente en esa Red de la que habla el juego. Sin embargo, la historia de la campaña de un jugador que quiere revelar el vacío que hay entre las dos películas falla estrepitosamente por su monotonía, por sus fallos de control y por un argumento aún más lioso y flojo que el que tiene la película, lo que destroza en gran parte la experiencia de juego y hace que tomes algunos de los niveles con pocas o ninguna gana de afrontar los desafíos perdidos. En resumen, una oportunidad totalmente perdida para dar a Tron un juego que se merece desde hace tiempo.
Lo Mejor
- Las partidas multijugador de LightCycles te hacen sentir realmente ahí
- La música consigue que te adentres en el universo creado para la película
Lo Peor
- La sensación continúa de jugar el mismo nivel
- Los fallos de control en las fases de plataformas
- La historia es simplista y no aporta nada
- Terminología pseudo informática que sólo entiende el guionista.
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