viernes, 17 de junio de 2011

Alicia, harta del país de las maravillas

Once años han pasado ya desde que, de la mano de American McGee, bajamos por esa peculiar y tétrica madriguera de conejo blanco que nos llevó directamente a lo más profundo de la locura de la joven Alice. Alabado por muchos, criticado por otros, American McGee’s Alice se convirtió instantáneamente en título de culto debido a su sencillo sistema de juego combinado con una historia adulta y una imaginería que ni el propio Tim Burton superaría años más tarde con su Alicia en el País de las Maravillas. Pero la locura no es fácil de superar y la que creíamos curada, recae en los brazos de la demencia. Con un listón muy alto que superar, Alice se embarca nuevamente en un viaje al delirante País de las Maravillas de su propia locura.

Parecía que Alice había recuperado la cordura de una vez por todas cuando, una vez vencida a la Reina de Corazones de su retorcido País de las Maravillas, consiguió aceptar la verdad y afrontar cara a cara la muerte de su familia ¡Cuánto nos equivocábamos! Tratada por su psiquiatra y tutor, el doctor Bumby, la joven se somete a constantes sesiones de terapia con la esperanza de olvidar y cerrar para siempre ese capítulo de su vida que aún adolece su alma. Pero nada es fácil para Alice, su vida en Londres es cruda, desconcertante y muy gris. Olvidar es definitivamente difícil y no siempre un camino del que se pueda salir ileso. El mundo que un día su mente enferma creó ha perdido sus riendas y se está rompiendo en mil pedazos, gritando el nombre de Alice. Es hora de dar un poco de color a su vida. Ya no hay vuelta atrás y el País de las Maravillas reabre sus puertas tan desquiciante y cruel como lo recordábamos.

Dividido en cinco capítulos, Alice Madness Returns nos sumerge en un plataformas con toques de aventura que intercala realidad y ficción en dos planos claramente diferenciados. Por una parte tenemos la realidad en la que Alice vive, ese Londres cruel, triste e incluso más aterrador que el País de las Maravillas, puesto que ya no nos encontramos ante las alucinaciones de una mente enferma, sino ante algo mucho peor: el mundo real. Incluir estas cortas secuencias en cada episodio es todo un acierto de Madness Returns. Por primera vez vemos y sentimos en nuestra piel la realidad de Alice vive, y cómo acrecienta e incentiva gran parte de las ilusiones que posteriormente vemos reflejadas en el País de las Maravillas. Durante ellas podemos explorar y entender mejor la mente enferma de Alice, resolviendo en gran parte el enorme rompecabezas que se esconde en su mente.

Colorido y aterrador, así es el País de las Maravillas
Colorido y aterrador, así es el País de las Maravillas

Por otra parte jugamos, como ya imaginas, en un mundo completamente opuesto. Colorido, desconcertante y visualmente tan impactante como aterrador regresa por todo lo alto el País de las Maravillas. En cada uno de los cinco capítulos vemos una parte distinta de este mundo que posee un tema concreto y es presentado de una forma impecable. Tenebrosos bosques, barcos piratas, casas de muñecas o hasta incluso las ruinas del castillo de la Reina de Corazones que visitamos en la primera parte de Alice… no habrá rincón que olvidemos visitar. Las novedades no terminan aquí porque no sólo los escenarios cambian, sino que la misma Alice presenta un vestuario distinto en cada uno de los capítulos, siempre relacionado con el mundo que visite. Quizá muchos consideren este un detalle sin importancia, pero añade un buen toque de ambientación y colorido al juego.

Como en todo plataformas, la respuesta de los controles es vital para el buen desarrollo del juego. Al tratarlos me encuentro ante un conflicto, porque en este juego tanto controles como jugabilidad se oponen cual Ying y Yang. Me explico: Los controles de Madness Returns son óptimos, tanto en la facilidad de aprendizaje como en la respuesta del personaje Alice se mueve fluidamente de plataforma en plataforma mediante los saltos encadenados –una mejora al salto simple del primer juego- que al combinarse con la posibilidad de enlentecer nuestras caídas, hacen que el título se convierta más en una exploración que en el clásico reto para caer en la plataforma correcta. Sin embargo, esta fluidez de movimientos y saltos vendrá ensombrecida por un sistema de cámara incómodo y poco optimizado para el título en su versión consola que hará que, en más de una ocasión, te frustres y quieras enviar al tétrico Gato de Cheshire a visitar la residencia de su tío Don Gato. En conjunto Alice: Madness Returns tiene buenos controles y buena respuesta del personaje, pero cojea en cuanto a jugabilidad por su escalofriante cámara.

Alice vuelve a empuñar el cuchillo Vorpal
Alice vuelve a empuñar el cuchillo Vorpal

Pero no todo son saltos y plataformas en Madness Returns. Grotescos y retorcidos, los habitantes del País de las Maravillas no quieren dejar tranquila a nuestra demente favorita. Pero Alice es una chica complicada y tiene mucho dolor por repartir. Regresan clásicas armas de la saga, como el cuchillo Vorpal, además de los originales y en apariencia inofensivos molinillo de pimienta, caballito de juguete o cañón tetera. Pero si algo hemos aprendido de Alice es que la más dulce fachada puede esconder al más cruel psicópata. Así pues, su molinillo será una brutal metralleta, el caballito hará su función de martillo y el té vendrá más cargado que nunca convertido en lanzagranadas. Todas estas armas pueden ser mejoradas y optimizadas para hacerlas más devastadoras mediante dientes. Sí, lees bien, en el juego Alice colecciona recelosamente no sólo sus memorias sino también piezas bucales que intercambia con una calavera para hacer de sus armas una pesadilla para sus rivales.

Las luchas serán dinámicas, fluidas y muy pero que muy rápidas. Literalmente deberemos perder la cabeza y actuar sin pensar, dejándonos llevar por la acción e instintivamente apuñalando y esquivando a nuestro rival. Mediante combos y utilizando las tácticas evasivas así como acrobacias de la joven demostraremos quien manda en este mundo de locura. Finalmente, al título se le han añadido minijuegos que rompen con la tónica de plataformas y combates. Estos serán diversos, desde shooters y plataformas 2D, hasta retos mentales, pinballs, juegos de habilidad, musicales e incluso acertijos al más puro estilo del enigma de las puertas de la película Laberinto.

Picante y mortal, Alice empuña su molinillo-ametralladora
Picante y mortal, Alice dispara su molinillo-ametralladora

Aunque toda cara tiene su cruz y Alice:Madness Returns no es una excepción. Una sola palabra, la aparentemente inocente “repetición”, muestra sus fauces enfrentándose a este cúmulo de buenas ideas y dejando apenas supervivientes en tan cruenta batalla. La nueva entrega de la saga de American McGee peca en exceso de repetir una y otra vez la misma fórmula, el mismo escenario y la misma jugabilidad. No importa si estás en el capítulo 1 como en el capítulo 5. Sí, evidentemente el escenario es distinto, la historia ha evolucionado, pero la jugabilidad, el juego “en sí” es el mismo. Sientes estar constantemente saltando las mismas plataformas y matando a los mismos enemigos, un constante déjà vu que lleva irremediablemente al tedio. Por desgracia los niveles y la jugabilidad son tan clásicos y tan repetitivos como jugar a un torneo de Pong.

El apartado gráfico de Alice es, justamente, lo que salva al título de este aburrimiento inducido por la constante repetición. Aun cargado de bugs que harán que en muchas ocasiones y, cual truco de David Copperfield, las texturas aparezcan y desaparezcan en un abrir y cerrar de ojos, el cuidado diseño gráfico hará que quedemos constantemente boquiabiertos con la originalidad que nos presenta. El tratamiento del mundo, de los personajes y en definitiva todo el diseño gráfico de American McGee te atará a Alice y hará, junto con su madura y retorcida historia, que no pares de jugar. Querrás ver más, querrás saber más y pase lo que pase no dejarás el mando hasta que aparezcan los créditos.

Finalmente solo queda aplaudir el apartado sonoro del título, sobresaliente especialmente por una banda sonora con reminiscencias a la de Rule of Rose que hará que, sin apenas darnos cuenta, nos sumerjamos en ese extraño, desquiciante y harmoniosamente disonante mundo que es la mente de Alice. También es importante hacer una especial mención a la buena traducción del juego y al trabajo de doblaje realizado en la versión española del título, que bien seguro será recibido con los brazos abiertos por todos los jugadores que no dominan la lengua de Shakespeare.

La acción de Alice se repite tanto como sus cartas
La acción de Alice se repite tanto como sus cartas

Un diseño y una historia sobrecogedora enturbiada por la monotonía

“Preferiría no ir, doctor. Mi País de las Maravillas está roto. Para mí está muerto” grita Alice, y creo, que nada mejor que sus propias palabras para describir la sensación que deja el juego.

Alice: Madness Returns es uno de esos títulos que te deja con un regusto amargo. No es un mal juego, pero definitivamente no cumple con lo que se espera del título, al menos no de la secuela del juego de culto de American McGee. Tras tanta expectativa, años de espera y teniendo el listón tan alto, Madness Returns merecía mucho mas.

Su soberbio diseño visual junto con una morbosa historia que nos enganchará desde el primer momento, será en esencia lo que mantendrá a flote un título que si careciera de ello, caería fruto del olvido y el tedio por su continua repetición. No falto de fallos y bugs, sobre todo a la hora de mostrar las texturas del entorno, deja en evidencia que a Alice: Madness Returns aún le faltaba una buena horneada para tener ese sabor dulce que todos esperábamos. En lugar de ello tenemos la insípida versión integral y sin azúcar de ese retorcido título que prometía hacer las delicias de todos los fans del terror al más puro estilo Clive Barker. No es un mal juego, pero no está a la altura. Una lástima.

Lo Mejor

Soberbio diseño de personajes, enemigos, escenarios e ilustraciones

Banda sonora inquietante que encaja a la perfección con el juego

Historia cuidada y envolvente que hará que no paremos hasta completar el juego

Lo Peor

Repetitivo y extremadamente monótono, el juego no aporta nada nuevo a los plataformas

Pésimo sistema de cámara que disminuye con creces la jugabilidad

El juego no está pulido y presenta un gran número de bugs gráficos

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